Es 1995, y el mundo ha sido devastado por un conflicto nuclear entre las grandes potencias. España, atrapada en el fuego cruzado, ha sufrido un bombardeo que ha transformado sus ciudades en escombros y su cielo en un paisaje de cenizas radiactivas. Este ataque no solo ha destruido infraestructuras, sino también la esperanza de un futuro normal. Ahora, nuestra supervivencia depende de la capacidad de adaptarnos rápidamente a esta nueva realidad. El bombardeo ha dejado a la población enfrentando lluvias radiactivas, la destrucción de cultivos y el colapso de las redes de comunicación. Los refugios improvisados se han convertido en el único espacio seguro, mientras que el acceso a agua potable y alimentos es cada vez más limitado. El orden social se desmorona, y la supervivencia está marcada por la rivalidad entre grupos que luchan por los recursos restantes. El bombardeo ha eliminado cualquier forma de autoridad central, dejando un vacío que se llena con el caos.